La mayoría de las personas saben que dormir es importante, pero no de lo que realmente implica.
Por muy buena que sea tu alimentación, si no duermes bien no estarás bien.
El sueño hace mucho más que ayudarte a sentirte descansada.
Es fundamental para el funcionamiento de todos los sistemas fisiológicos de tu cuerpo, incluyendo tu digestión, sistema inmune, el equilibrio de tus hormonas sexuales y del estrés, desintoxicación, eliminación de grasa corporal, entre muchas otras cosas.
Dormir mal está relacionado con tasas más altas de cáncer, enfermedades cardíacas, diabetes, obesidad, Alzheimer y de convertirte en una insoportable de marca mayor!
Durante el sueño profundo, el líquido cefalorraquídeo circula a través de tu cerebro y elimina las toxinas que están relacionadas con la neurodegeneración.
Esta es parte de la razón por la que te sientes tan pesada y con tanta confusión mental cuando no duermes bien.
Como un teléfono con 1% de batería, nada funciona bien cuando no duermes lo suficiente.
Una de las primeras cosas que desaparece es la función cognitiva y el estado de ánimo.
Tu cerebro no tiene suficiente energía para ser amable y feliz.
Durante la transición hacia la menopausia, es bastante común que las mujeres experimenten insomnio debido a los cambios hormonales.
Hoy quiero contarte que una buena noche de sueño se construye desde que te despiertas en la mañana, pasando por todo lo que haces durante el día, hasta que llega el momento de irte a dormir. Dormir bien es un tema con muchas aristas.
Aquí te dejo algunos tips que pueden ayudarte:
Recibe sol o luz natural en las primeras horas de la mañana, sin protector solar ni lentes de sol.
Camina descalza en la tierra/arena/césped.
Ejercítate preferiblemente en la mañana.
Una buena alimentación y manejo de emociones es clave.
Limita o elimina el alcohol y la cafeína.
Baja las luces eléctricas cuando se oculte el sol, para que tu cuerpo entienda que se acerca el momento de descansar.
Desconéctate del celular/tableta/compu/tv por lo menos 1 hora antes de dormir.
Que tu habitación esté fresca y oscura.
Vete a la cama a más tardar a las 10pm.
Realiza una rutina nocturna para bajar tus revoluciones: ducha tibia, estiramiento/masaje, journaling, lectura relajada, infusión de hierbas, respiración/meditación… lo que sea que te funcione a ti!