Ese fuego que te habita
La menopausia pone la vida de la mujer bajo un microscopio, dándonos la oportunidad de revisar lo que ya no nos funciona, lo que ya no nos hace bien, y así hacer los ajustes que hagan falta para diseñar la vida que deseamos de aquí en adelante.
Existe una conexión entre la menopausia y la vida emocional y espiritual de la mujer. La menopausia lleva a la mayoría de las mujeres a honrar sus propias necesidades. Aunque los sofocos son una respuesta corporal natural a los cambios hormonales en la mediana edad, no hay dos mujeres que pasen por todos los cambios de la misma manera.
Hay diversas maneras para apoyarnos y facilitar el proceso: haciendo ajustes en nuestra alimentación y estilo de vida, moviendo nuestro cuerpo de maneras diferentes, incluyendo algunas hierbas y suplementos, gestionando nuestras emociones y sobre todo priorizando nuestras propias necesidades.
Sabemos que nuestra actitud frente a las realidades cotidianas e imprevistas permite que suframos el proceso o lo gocemos.
Hoy te invito a vivirlo a plenitud, sin huir de la incomodidad, sin enmascarar las emociones y sorprendiéndote de todo el fuego que te habita.
En mi propia experiencia, la mayoría de mis sofocos ocurren cuando pienso en algo desagradable, algún disgusto o cuando siento miedo o ansiedad de lo que pueda pasar. No me gusta la sensación física de un sofoco, pero esta conexión cuerpo/mente me está enseñando muchas cosas: a escucharme, a honrarme y hacer todo lo que pueda para apoyarme en el proceso.
¿Tienes sofocos? ¿Cómo los experimentas? ¡Te leo!