La carne de vísceras (hígado, riñones, corazón…) es uno de los alimentos más densos en nutrientes que existe, y entre ellos el hígado se lleva el primer lugar.
El hígado es una excelente fuente de proteínas, vitaminas del grupo B, especialmente B12, vitamina C, E y K, hierro, cobre, colina, colesterol, fósforo, zinc, manganeso, selenio y retinol (una de las formas de vitamina A que mejor se absorbe).
Además es rico en 2 aminoácidos importantes glicina y prolina, fundamentales en la síntesis del colágeno, en la salud digestiva y de las articulaciones.
Contrario a lo que la gente piensa, el hígado NO almacena toxinas. Su función es filtrar y metabolizar las toxinas para que luego sean desechadas a través de los órganos de eliminación. El EXCESO DE TOXINAS se almacena fundamentalmente en el TEJIDO GRASO. Sí es muy recomendable que consumas carnes de pastoreo.
Además las vísceras son mucho más económicas y nutritivas que la carne que usualmente consumimos (que provienen de los músculos). Si lo dudas, observa la sabiduría en la naturaleza de los depredadores, ellos siempre van primero a los órganos del animal pues saben que allí encontrarán más nutrientes. Antiguamente, la gente no podía darse el lujo de comer sólo una parte del animal como hacemos hoy en día, sino que los consumían de “nariz a cola”, incluyendo los huesos para caldo. Consumir carne de órganos era considerado un lujo y estas partes se reservaban para los enfermos y las embarazadas.
Sólo necesitas 1-2 porciones a la semana para obtener sus beneficios, y es particularmente recomendable durante y después de tu menstruación, para nutrir y reponer la sangre perdida.
Mucha gente tiene malos recuerdos con el hígado. Te animo a probar esta receta con la que yo le he agarrado el gusto.
Paté de hígado
500gr de hígado de pastoreo (el de pollo tiene un sabor más suave)
2 cebollas grandes finamente picadas
1/2 taza de ghee
2 cucharadas de especias al gusto (yo uso salvia)
1/2 cucharadita de sal marina o rosada
Saltea la cebolla en el ghee, a fuego medio bajo, hasta caramelizar. Luego añade el hígado y cocina hasta dorar, añade la sal y especias y deja que se consuma todo el líquido. Una vez que enfríe, pásalo por el procesador de alimentos hasta obtener una pasta suave. Puedes congelar en porciones si no lo vas a consumir en el plazo de una semana.
Puedes usarlo para untar o comer un par de cucharadas como un shot de nutrición concentrada!